El cultivo de cobertura mejora la vitalidad del suelo de varias maneras:
Aumento de la biodiversidad microbiana: Las plantas de cobertura proporcionan un hábitat y alimento para microorganismos beneficiosos como bacterias y hongos, que descomponen la materia orgánica y ciclan nutrientes.
Mejora de la estructura del suelo: Las raíces de las plantas de cobertura crean canales que mejoran la aireación y la infiltración de agua, favoreciendo la actividad microbiana y el crecimiento de las plantas.
Incremento de la materia orgánica: Al descomponerse, las plantas de cobertura añaden materia orgánica al suelo, mejorando su capacidad para retener agua, nutrientes y resistir la erosión y compactación.
Fijación de carbono: Las plantas de cobertura capturan carbono atmosférico durante la fotosíntesis y lo incorporan al suelo como materia orgánica, ayudando a mitigar el cambio climático.
Reducción de la lixiviación de nutrientes: Las raíces de las plantas de cobertura evitan la pérdida de nutrientes por la lluvia o el riego excesivo, lo que aumenta su disponibilidad para las plantas principales.
En conclusión, el cultivo de cobertura promueve un suelo saludable al aumentar la actividad microbiana, mejorar su estructura, incrementar la materia orgánica y reducir la pérdida de nutrientes, beneficiando tanto la productividad agrícola como la sostenibilidad ambiental.
Modo de uso:
• Sembrar al voleo y cubrir con una capa
de sustrato de 3cm aprox.
• Asegurarse de mantener el sustrato humedo
diariamente para favorecer la germinación.
• Conservar en lugar fresco y oscuro.